¿Subiste de peso en poco tiempo y no logras adelgazar? Esta podría ser la razón

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Los efectos del enojo en nuestra salud

Tal vez hayas leído o te hayan hablado de las consecuencias más conocidas del enojo, como problemas respiratorios, cardiacos o de circulación; hipertensión, riesgos de embolia, mala digestión o hemorroides. Esto se debe a que nuestras emociones, cuando son reprimidas o están fuera de control, se ven reflejadas en nuestros procesos orgánicos, ocasionando problemas de salud. Al estar en un estado casi permanente de alerta, nuestro cuerpo libera adrenalina y hormonas como cortisol que provocan en nuestro cuerpo una reacción de escape.

Pero no sólo eso... Según un reciente estudio realizado por la Universidad de Yale, las personas que están frecuentemente sometidas al estrés del enojo, suelen subir de peso. Para probarlo, analizaron a un grupo de personas de distintas edades durante 20 años, midiendo indicadores como peso y niveles de estrés en el cuerpo. 

Lo que encontraron fue sorprendente: los hombres que se consideraban a sí mismos iracundos, mostraban un aumento constante de peso en cada visita médica, mientras que las mujeres con el mismo problema tenían más dificultad para perder los kilos que iban ganando. Esto se debe a que, cuando nuestro cuerpo libera cortisol, nuestro torrente sanguíneo se llena de glucosa que debería ser utilizada para "escapar o atacar" según nuestro instinto, pero que termina convirtiéndose en grasa. Además, esta hormona aumenta nuestro apetito, haciéndonos comer más de lo que necesitamos.

Todo esto suena terrible, ¿verdad? Aunque sabemos que no es fácil vivir en un mundo cada vez más acelerado, contaminado y ruidoso, existen pequeñas acciones que puedes hacer para manejar tus emociones en forma constructiva y gozar de mejor salud. ¿Quieres conocerlas?