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Me enchilé, ¿y ahora qué hago?
Los chiles, pimentones o ají pueden venir de muchas formas y colores. Pero hay que tener cuidado, ya que su tamaño no es indicativo de su picor, ¡al contrario! Muchas veces son los pimientos más pequeños y de aspecto inofensivo los que resultan más intensos. La verdadera medida de picante se determina por la cantidad de capsaicina que encontramos en los pimientos, y que es la molécula encargada de desatar en nosotros todos los síntomas que conocemos al unirse a los receptores TRPV1 y activar las neuronas de dolor: ardor en la boca, ojos llorosos, sensación de calor, escurrimiento nasal e incluso dolor de cabeza y/u orejas.
Aunque se trata de un mecanismo de defensa desarrollado por esta familia de plantas para protegerse de depredadores, nuestros ancestros terminaron tomándole gusto, ya que el picante entre otras cosas ayuda a reducir el apetito y tiene funciones desparasitantes, además de ser rico en vitamina K. Eso sin hablar de los delicados sabores que se fueron incorporando a la cocina para dar como resultado una experiencia que en la actualidad muchos amamos. Muchas comidas como la mexicana, la india y la asiática tienen un gran sabor... y fuertes dosis de chile picante. Para que puedas disfrutar de tu comida sin hacer todo un espectáculo, te presentamos los remedios que de veras funcionan.
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