El problema de hornear los bizcochos a demasiada temperatura es que la capa sólida que se forma en el exterior impide la correcta cocción del interior del mismo.
Lo ideal serían 180ºC en un horno tradicional y 165ºC en un horno con calor giratoria.
¿Y las porciones individuales?
Pare evitar que queden secos aumentaremos la temperatura del horno y estaremos atentos una vez transcurrido el tiempo indicado en la receta. En un horno tradicional hornearemos a 200ºC y a 180ºC en uno con calor giratoria.