Las abuelas son las mejores para hacer postres, y en Italia esto no podía ser la excepción. Su cultura gastronómica tan variada incluye también muchas tartas y panes a la hora del postre y que, con ingredientes sencillos, logran obtener resultados espectaculares. Este es el caso de esta tarta delicada de queso ricotta, con un ligero gusto a vainilla y que se deshace en la boca.
Ingredientes para 4-6 personas:
Para la base
300 g de harina
100 g de mantequilla
80 g de azúcar
1 huevo
1cda de levadura
1 pizca de sal
Para el relleno
300 g de queso ricotta
1 huevo
80 g de azúcar
1 cdta de esencia de vainilla
Canela molida al gusto
Preparación:
Deja la mantequilla a temperatura ambiente para que se ablande.
Mientras tanto, prepara el relleno de la tarta: pon el queso ricotta en un tazón y bate con una cuchara de madera. Añade el azúcar, la vainilla, la canela y el huevo. Bate muy bien y refrigera.
Prepara la masa: mezcla harina, azúcar, sal y levadura. Añade la mantequilla poco a poco, mezclando con un tenedor y después con la punta de los dedos. Haz un montículo, forma un huequito en el centro y agrega el huevo, para batir a continuación con fuerza.
Extiende la masa y trabájala con un rodillo, sobre una superficie enharinada.
Engrasa un molde y cocola la masa encima, reservando una parte para cubrir la tarta. Pincha el fondo con un tenedor para que no se hinche durante la cocción, y vierte la mezcla de ricotta.
Con el resto de la masa corta tiras para cubrir la superficie de tu tarta, pinta con yema de huevo y cocina a 180°C durante 30 o 40 minutos.