El “Chiffon Cake”, tiene un sabor realmente esponjoso y ligero. Su ligereza proviene de la ausencia de mantequilla, que se sustituye por aceite, lo que hace que el bizcocho quede más aireado al removerlo. Aquí tenemos una variante con sabor a vainilla.
Ingredientes:
220 g de harina
250 g de azúcar
1 cucharada de polvo para hornear
1/2 cucharadita de sal
6 yemas de huevo
6 claras de huevo bien batidas
180 ml de agua fría
120 ml de aceite vegetal neutro (preferiblemente aceite de girasol)
1 vaina de vainilla raspada o 2 cucharaditas de extracto de vainilla
Preparación:
Coloca una rejilla del horno en el nivel más bajo y precalienta el horno a 180 grados.
En un bol grande, tamiza la harina, el azúcar, la levadura en polvo y la sal. En un tazón mediano, bate las yemas de huevo, el agua, el aceite y la vainilla hasta que queden esponjosos, aproximadamente 30 segundos. Agrega la mezcla de yemas de huevo a la mezcla de harina y revuelve hasta que esté bien combinado.
En otro bol batir las claras a punto de nieve. Incorpora una cuarta parte de las claras a la mezcla de harina hasta que todo esté bien mezclado. Incorpora con cuidado las claras de huevo restantes.
Vierte la masa en un molde desmontable o en un molde desmontable. Pasa con cuidado un cuchillo de mantequilla por la masa para eliminar las burbujas de aire.
Hornea en la rejilla más baja durante 1 hora o hasta que al insertar un palillo de madera en el centro, éste salga limpio (el pastel debe saltar hacia atrás al pincharlo ligeramente con el dedo).
Inmediatamente voltea el molde sobre una rejilla y deja que el pastel se enfríe completamente en el molde. Una vez enfriado, pasa suavemente un cuchillo por el borde del molde para aflojar el bizcocho.
Coloca el bizcocho en una base para tartas y espolvorea con azúcar en polvo si lo deseas.