© Receitas sem Fronteiras / Silvia Santucci
LA RUTINA
Del cuarto al sexto día también se quita el azúcar, miel, agave, jarabe de arce y ketchup mientras que podemos permitirnos camotes, calabaza, quinoa, bayas, aceitunas, aguacate, col, diente de león, espinaca y acelga.
Del séptimo al noveno día, podemos comer alcachofas, guisantes, brócoli, calabaza y zanahorias.
Del décimo al duodécimo día eliminamos el café, el té negro, el té verde y todas las bebidas carbonatadas y energéticas. Legumbres, vegetales e infusión de hierbas. Comeremos espinacas y acelgas en abundancia.
(La dieta implica la eliminación del café puesto que una dosis alta crea un estado de estrés crónico, aumentando así el cortisol.)
Del decimotercero al decimoquinto día se elimina el pan, los cereales de desayuno, trigo, centeno, cebada, cebada, avena, mijo, arroz, escanda, espelta, escanda, salchichas, salsas como mostaza, bechamel, cerveza y especias. En este punto es aconsejable comer más brócoli, lechuga, mariscos, aves de corral y huevos orgánicos.
A partir del 22º día -últimos días de la dieta- introducimos un alimento más (el que queramos) a la rutina. Esto lo haremos de manera gradual (uno por día). De esta manera, nos daremos cuenta también de cuál o cuáles son los que bloquean nuestro metabolismo.
Importante: Nuestra intención es solamente ofrecer información de naturaleza general para ayudar en la búsqueda de desarrollo y crecimiento personal. Es recomendable que antes de seguir estos consejos, siempre consultes a tu médico de confianza.