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Escoge bien el recorrido
Cuando salgas a caminar, hazlo por un camino que incluya una pendiente o un terreno irregular. Hacerlo sobre una superficie lisa, si bien sigue teniendo muchos beneficios, no fuerza a las nalgas a trabajar lo suficiente como para endurecerlas. Inspecciona tu área para encontrar los lugares adecuados (pueden ser parques, rutas de senderismo...) y pon en marcha un plan que incluya al menos 30 minutos de actividad al día, que puedes dividir en tres intervalos de 10 minutos si de esta manera te resulta más fácil incorporar el ejercicio a tu rutina diaria. Considera igualmente la posibilidad de subir y bajar por las escaleras allá donde vayas. Aún haciéndolo a un ritmo pausado, se queman el triple de calorías que caminando.