¡Cuidado! Estos alimentos pueden estar dañando tu cerebro

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3. bebidas alcohólicas

Si se toma con moderación, el alcohol puede ser un complemento de nuestra cena o aperitivo. Sin embargo, su consumo excesivo puede traer daños severos a nuestro cerebro. 

La ingesta crónica de alcohol reduce el volumen de nuestro cerebro, altera su metabolismo y reduce la producción de neurotransmisores, las sustancias químicas que nuestro cerebro utiliza para comunicarse.

Pasarse de copas puede resultar en pérdida de memoria (un fenómeno recurrente), problemas de vista, confusión, cambios de humor y problemas de lenguaje. 

Los efectos del alcohol son aún más nefastos en los jóvenes, ya que sus cerebros se encuentran en pleno desarrollo. Comparados con aquellos que no toman, los jóvenes que consumen alcohol tienen anomalías en su estructura cerebral y en su comportamiento. 

Aunque se cree comúnmente que el alcohol actúa como calmante, su consumo produce irritabilidad, agresividad, ansiedad, depresión y problemas de sueño. 

Un consumo moderado de alcohol se estima en 1 o 2 copas por ocasión, no más de 3 veces por semana.