Podemos usar tanto la levadura de cerveza como la levadura madre.
El truco nos lo da un pizzaiolo de Nápoles: "debes dejar que la masa repose sobre una tabla de madera, lo que permite absorber la humedad que la masa suelta durante la levitación. La masa debe levitar durante al menos 12 horas, si son 14, mejor todavía. La temperatura perfecta es de 22-23 grados."
No tengáis prisa, la pizza es un plato que no deja lugar a la improvisación. Por lo que si os entra ganas de un momento al otro...prepárala con tiempo para otro día o nos arriesgamos a que salga una chapuza.