Te damos un pequeño truquito que te cambiará la vida: compra gofres congelados para cuando tengas poco tiempo de cocinar. Generalmente puedes calentarlos en el tostador de pan o dejar descongelar dentro del frigorífico durante la noche para calentaros en una sartén por la mañana. Aunque se acostumbran más en el desayuno, podrás disfrutarlos en la cena con un poco de queso crema, salmón ahumado y unas gotitas de limón. Si tienes eneldo fresco en casa, mejor que mejor.