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Los rissoles de gambas son unas deliciosas pastas saladas en forma de media luna, típicas de Portugal, rellenas de gambas en salsa. Se consumen como entrante o aperitivo, y son ideales para llevar al trabajo y acompañar con un poco de ensalada.
Ingredientes para 4 personas:
Para la masa
300 g de harina
450 ml de agua
50 g de mantequilla sin sal
1 pizca de sal
Para el relleno
300 g de gambas limpias y peladas
2 cucharadas de aceite de oliva
2 pizcas de sal
2 pizcas de pimienta
2 pizcas de guindilla (opcional)
150 g de pulpa de tomate
1 cucharada (sopa) de harina
2 cucharadas (soperas) de perejil de hoja plana picado
Para empanar y freír
2 huevos grandes
200 g de pan rallado
1 litro de aceite de girasol para freír
Preparación:
Poner la mantequilla, el agua y la sal en una sartén. Llevar a ebullición a fuego alto. Una vez que hierva, reducir el fuego a bajo y añadir la harina de una vez.
Mezclar enérgicamente con una cuchara de madera hasta que la masa forme una bola compacta que se despegue de los bordes del molde.
Amasar rápidamente la masa aún caliente en la superficie de trabajo, darle forma de bola y dejarla enfriar cubierta con un paño limpio.
Pelar y cortar finamente la cebolla. Dorar en una sartén con aceite de oliva.
Añadir las gambas cortadas en trozos pequeños. Condimentar, añadir la pimienta molida, saltear unos minutos. Incorporar la pulpa de tomate. Cuando empiece a reducir, añadir la harina tamizada.
La mezcla se espesará. Deja que se enfríe. Fuera del fuego, añadir el perejil picado y mezclar.
Con un rodillo, extender la masa a 4 milímetros de grosor en una superficie de trabajo enharinada.
Cortar discos de masa de 8 cm de diámetro con un cortador de galletas o un vaso. Colocar los discos de masa sobre un paño de cocina limpio.
Colocar una cucharadita de relleno en el centro de cada disco de masa. Mojar los bordes con el dedo y cerrar los discos de masa en medias lunas. Aplastar los bordes con los dedos para sellar el borde de la masa alrededor del relleno.
Batir los huevos en un plato hondo. Colocar el pan rallado en un plato plano. Pasar las croquetas por el huevo batido y luego por el pan rallado para rebozarlas.
Calentar el aceite en una sartén o cacerola. Añadir poco a poco las croquetas y freír hasta que se doren. Escurrirlas sobre papel absorbente.
Servir los rissoles calientes, como aperitivo o como entrante, acompañados de una buena ensalada verde. ¡Una salsa de pimienta también va muy bien!