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Pan con cebolla
Esta combinación rústica de ingredientes cotidianos no parece un gran manjar, pero se trata de un almuerzo común del que se tienen referencias al menos desde el siglo XVII. La más conocida se cuentra en la primera parte del Quijote, donde el protagonista ofrece a Sancho en momentos de descanso comer bocadillos de cebolla como un tentempié común. Seguramente su accesibilidad y facilidad de transporte lo volvían una solución eficaz para calmar el hambre, aunque quizás ahora no tendríamos esta combinación como primera opción.