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Cómo combinarla
La polenta no tiene un sabor especialmente fuerte, así que puedes acompañarla con lo que te inspire tu imaginación. Va muy bien con setas, con virutas de parmesano, o con rodajas de salami, o incluso con un sabroso guiso de carne. Si eres amante del pescado, acompáñalo con bacalao.
Una vez que hayas vertido la polenta en la tabla de cortar, nivélala bien con el dorso de una cuchara, espere a que se enfríe y córtala en rodajas. Puedes freírla en la sartén, creando una corteza crujiente, y colocar encima finas lonchas de bacon y agujas de romero: tendrás crutones de polenta para un aperitivo increíblemente sabroso. Por otra parte, si te sobra polenta, puedes utilizarla al día siguiente para preparar polenta pasticciata: se trata de una especie de lasaña preparada con láminas muy finas de polenta, colocadas en capas y sazonadas con queso, salsa de carne, bechamel o setas.
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