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Cúrcuma
Además de darnos platillos con un aroma más profundo y terroso, la cúrcuma es buena para la digestión, ya que aumenta la secreción biliar.
Es un antiinflamatorio natural, porque contiene curcumina, un pigmento amarillo que protege al organismo de la inflamación y otros daños provocados por el "estrés oxidativo". Eso a su vez contribuye para calmar el dolor de cabeza, el cólico menstrual y los dolores musculares.
La cúrcuma es un aliado natural en la lucha contra el envejecimiento. Al combatir el estrés oxidativo, esta especia permite ralentizar la pérdida de elasticidad de la piel y así retrasar la aparición de arrugas.
La cúrcuma disminuye el riesgo de tener problemas cardiovasculares, puesto que tiene la capacidad de reducir lo que se conoce como "colesterol malo" y aumentar la fluidez de la sangre. Esto, a su vez, reduce el riesgo de tener las arterias obstruidas o problemas de circulación.
La cúrcuma protege la mucosa estomacal. La cúrcuma protege la mucosa estomacal de la proliferación de bacterias responsables de enfermedades.
Ahora que ya conoces todas las propiedades de la cúrcuma, lo único que te queda por hacer es empezar a utilizar esta especia milagrosa en tu cocina, ya que una cucharadita diaria es suficiente para gozar de todos sus beneficios.