El ajo no solo es fundamental para dar sabor a tus recetas: también es una fuente increíble de nutrientes. Contiene alicina, un compuesto que ayuda a luchar contra las infecciones y estimula las funciones cerebrales. También mejora la salud de nuestro hígado, contribuyendo a eliminar metales pesados como el plomo. Regula la tensión arterial y es un remedio casero eficaz en época de resfriados. Lo más recomendable es comerlo crudo, pero utilizarlo en la cocina cotidianamente también te aportará beneficios.