El error número uno que comete la mayoría de las personas al cocinar quinua es olvidarse de lavarla primero. Debes poner la quinua en un colador de malla fina y enjuagarla con agua fría antes de asarla y hervirla. Este paso ayuda a refinar el sabor, pero también prepara las semillas para cocinar de una manera que ayuda a retener sus nutrientes. Este paso crítico también elimina la capa natural de saponinas (compuestos químicos que se encuentran en muchas plantas) que pueden irritar tu estómago.