El primer ejercicio sirve para estimular la zona de la frente y evitar la aparición de arrugas en ella, así como en el entrecejo. Abre los ojos de manera relajada, sin tensar la zona ni levantar las cejas. Coloca las yemas de tus dedos al centro y comienza a estrirar lentamente hacia el exterior hasta llegar a las sienes. El movimiento debe durar al menos 8 segundos, y la presión de tus yemas debe sentirse. Repite el ejercicio 2 veces.