Entre el cuerpo real y el cuerpo ideal
Otro factor que juega un rol importante en trastornos de alimentación es el ideal de belleza que existe en nuestra sociedad. Aunque sabemos que el tipo de cuerpo que tienen las modelos corresponde a lo mucho al 5% de las mujeres en el mundo, seguimos viéndolo en todas partes como la meta que debemos alcanzar. Las exigencias son muy altas: cuánto debemos medir, cuánto debemos pesar, cómo deben lucir nuestros pechos, nuestras caderas, nuestros muslos... la lista sigue y sigue. El problema es que quieren meternos a todos en el mismo molde, y eso es simplemente imposible.
Vivir de esta manera puede volverse problemático por diversas razones. Puede que pases una gran parte de tu tiempo pensando en la comida, en los menús que vas a preparar, o en los alimentos y suplementos de moda, y cómo conseguirlos. Puede que dejes de salir a cierto tipo de eventos por la ansiedad que te produce la comida o tu cuerpo. Puede que tu armario esté lleno de ropa en diferentes tallas: la que tenías antes, la que llevas actualmente y las tallas más pequeñas que aspiras ponerte pronto. Sin embargo, el ciclo puede seguir así durante años, se vuelve costoso y frustrante.
Pero ese no es el único riesgo. Vivir a dieta trae cambios importantes en nuestro metabolismo, y por lo general lo vuelve más lento. Una mujer necesita consumir entre 1800 y 2000 calorías al día. Para que tu alimentación te lleve a perder peso, es necesario reducir unas 300 a 400 kcal por días, además de hacer ejercicio. Sin embargo, las personas que viven a dieta harán primero un regimen de 900 kcal diarias, por poner un ejemplo, y al cabo de unos días, su organismo comenzará a gastar cada vez menos calorías. Así, para ver resultados, será necesario comer cada vez menos, y de desata una espiral de problemas de autoestima y salud.
¿Cómo podemos romper ese ciclo?