Los glúteos se tonifican andando (pero no de cualquier manera)
Caminar sale gratis, está al alcance de todos y puede ayudarte a conseguir unas nalgas firmes si sigues estos consejos:
1. ESCOGE BIEN EL RECORRIDO.
Cuando salgas a caminar, hazlo por un camino que incluya una pendiente o un terreno irregular. Hacerlo sobre una superficie lisa, si bien sigue teniendo muchos beneficios, no fuerza a las nalgas a trabajar lo suficiente como para endurecerlas. Inspecciona tu área para encontrar los lugares adecuados (pueden ser parques, rutas de senderismo...) y pon en marcha un plan que incluya al menos 30 minutos de actividad al día, que puedes dividir en tres intervalos de 10 minutos si de esta manera te resulta más fácil incorporar el ejercicio a tu rutina diaria. Considera igualmente la posibilidad de subir y bajar por las escaleras allá donde vayas. Aún haciéndolo a un ritmo pausado, se queman el triple de calorías que caminando.

2. ENCUENTRA COMPAÑÍA.
Encontrar un amigo/a con el que compartir estas sesiones tiene múltiples ventajas: no te aburrirás mientras lo haces, te ayudará a no saltarte la rutina y podrás controlar la intensidad del ejercicio de manera intuitiva, ya que mientras lo haces deberías ser capaz de mantener una conversación con tu acompañante sin sentirte ahogado/a.
3. GRADÚA TU ESFUERZO.
Usa un calzado cómodo que te de el soporte adecuado, estira antes y después de cada caminata y establece metas razonables, sobre todo si hace mucho tiempo que no realizas actividad física o si sufres de alguna enfermedad. En definitiva, poco a poco. Cuando sientas que puedes hacer más esfuerzo, trata de contraer los glúteos a intervalos regulares de 10 segundos, para luego relajarlos.
Por supuesto, sé prudente: no camines de noche ni por lugares que no frecuentas habitualmente.
Y tú, ¿te animas?
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