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Extremar precauciones
Si tienes un gato y estás preocupada por la posibilidad de que tenga toxoplasmosis, lo más sencillo y seguro de hacer es ir al veterinario a que le hagan un sencillo examen.
Además, puedes extremar precauciones durante tu embarazo: la toxoplasmosis no se contagia por el gato, sino por su excremento, así que lo que hay que evitar es el arenero, no al minino.
Usa guantes cuando lo limpies y lávate perfectamente las manos después de hacerlo (eso deberías hacerlo aunque no estés embarazada). También puedes pedirle a alguien que se encargue del arenero mientras nace tu bebé.
En resumen, aunque hay algo de verdad en este mito, las probabilidades de que algo te ocurra son mínimas y los riesgos se evitan fácilmente.