Los rábanos crecen mejor en tierra ligeramente ácida y en un ambiente soleado. Planta las semillas a un par de centímetros de la superficie y riega constantemente hasta que las primeras hojas comiencen a brotar. Se trata de uno de los cultivos más rápidos, por lo cual podrás cosechar tus primeros rábanos al cabo de un par de semanas. Disfrútalos como aperitivo o en ensaladas, y aprovecha también las hojas agregándolas a sopas... ¡verás que son deliciosas!