El molde ideal para hacer este delicioso postre es el más tradicional, el que tiene forma redonda. Lo ideal es que sea un molde desmontable para que a la hora de partir el cheesecake para comerlo podemos rallar el fondo con el cuchillo.
Si no una buena alternativa puede ser el molde de silicona. Para poderlo desmoldar perfectamente, te recomendamos que lo metas en la nevera durante 6 horas, después saldrá solo.
Ten en cuenta además, cuanto más grande sea el molde menos espeso nos quedará el cheesecake, así que intenta encontrar el tamaño de molde perfecto en función de la cantidad de ingredientes que tengas.