Este postre originario de Europa del Este es un verdadero descubrimiento para los amantes de la repostería. combina capas finas de bizcocho con una crema de miel que lo vuelven irresistible. Aunque es un poco laborioso de hacer, quedarás más que satisfecho con el resultado.
Ingredientes para 6 personas:
Para la masa:
4 tazas de harina de trigo
1 taza de mantequilla a temperatura ambiente
1 taza de azúcar
3 huevos
1 cdta de bicarbonato de sodio
1 taza de miel
1 pizca de sal
Para la crema:
500 g de nata espesa
1 taza de azúcar glas
Preparación:
Para el bizcocho:
Precalienta el horno a 180°C.
En un tazón grande, bate la mantequilla con el azúcar hasta obtener una mezcla suave y cremosa.
Agrega los huevos uno por uno, batiendo bien después de cada adición.
Vierte la miel y mezcla bien.
En otro tazón, tamiza la harina con el bicarbonato de sodio y la pizca de sal.
Incorpora gradualmente los ingredientes secos a la mezcla de mantequilla, revolviendo hasta obtener una masa suave.
Divide la masa en 8 partes iguales.
En una superficie enharinada, estira cada porción de masa en un círculo del mismo tamaño. Puedes usar un plato como molde.
Coloca cada círculo de masa en una bandeja para hornear y hornea durante aproximadamente 5 minutos o hasta que estén dorados.
Repite este proceso hasta que todas las capas de masa estén horneadas y deja enfriar.
Para la crema:
Bate la crema agria con el azúcar glas hasta obtener una crema suave.
Armado de la tarta:
Coloca una capa de bizcocho en un plato y úntala con una capa fina de crema.
Cubre con otra capa de bizcocho y unta más crema. Repite el proceso, apilando capas de masa y crema.
Cubre toda la tarta con una capa generosa de crema. Puedes guardar los sobrantes del bizcocho para triturarlos y espolvorearla.
Refrigera la tarta durante al menos 4 horas o toda la noche antes de servir.