Cortar el jengibre en rodajas muy finas y "transparentes". Colócalo en un bol, añade sal y frota. Dejar reposar unos minutos y luego lavar hasta que la sal se desprenda por completo.
En un cazo, mezclar el vinagre, el s ake, el azúcar y el glutamato y llevar a ebullición.
Se exprime el jengibre, sacando toda el agua posible, y se mezcla con los demás ingredientes, hirviendo durante unos minutos.
Conservar en un vaso esterilizado y sólo refrigerar cuando esté frío.