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La clave está en el equilibrio
"Voy a comer una hamburguesa. ¿Papas fritas o verduras aparte?". La lógica es equilibrar la comida: si tomas una ensalada de frutas de postre, puedes permitirte las patatas fritas; si no puedes resistirte al tiramisú, evita las patatas fritas. Ten cuidado de no hacer la comida demasiado pesada acumulando calorías.