Reserva la leche en el refrigerador o congelador un par de horas antes para que esté bien fría al momento de comenzar.
Calienta la leche junto con el ácido hasta que alcance una temperatura de 40º. Retira del fuego.
Disuelve el cuajo en 100ml de agua y añádelo a la leche. Remueve y luego deja reposar por durante una hora. Puedes cubrir la olla con un trapo para ayudar a que conserve una temperatura constante de 37º.
Cuando la leche haya cuajado, haz unos cortes formando cuadros y deja reposar 20 minutos más. Verás que el suero de la leche ha subido a la superficie.