Aunque muchos pensamos en la avena solo como desayuno, la avena fría puede ser también un postre o merienda que se antoja. Lo mejor es que puedes prepararla la noche anterior colocando en un recipienta avena y cubriéndola con leche. Tapamos y dejamos enfriar toda la noche. Por la mañana estará lista, y ahora solo quedará añadir fruta. En este caso, alternamos capas de avena con otras de manzana fresca en cubitos y otra de compota de manzana. Decora con un toque de canela en polvo, y listo.