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Ravioli
También conocido como tortelli, estas maravillas de la pasta se pueden rellenar con mil ingredientes diferentes y vienen en mil salsas diferentes.
¿Nuestros favoritos? Tortelli verde emiliano obviamente:
Para la pasta:
- 500 g de harina
- 5 huevos
- Una pizca de sal
Para el relleno:
- 830 g de espinacas
- 230 g de ricotta
- 100 g de queso parmesano rallado
- 1 huevo
- Nuez moscada
- Sal
Preparación:
Coloca la harina sobre una superficie de trabajo y haz un hueco en el centro. Pon el huevo en el centro del hueco. Ten mucho cuidado para que no se vayan pedacitos de la cáscara del huevo. Bate ligeramente el huevo con un tenedor incorporando un poco de harina. Ve agregando los huevos y entre cada uno, mezcla con el tenedor y ve incorporando la harina. Añade una pizca de sal y trabaja la mezcla con la mano, incorporando poco a poco la harina, del centro hacia afuera. Manipular la masa por un rato sobre la superficie de trabajo ayuda a que sea más suave y uniforme. Si la masa está demasiado firme y se te dificulta trabajarla, puedes añadir 1 o 2 cucharadas de agua tibia. Una vez que hayas obtenido una masa suave, forma una bola y cúbrela con plástico para alimentos.
Deja que repose a temperatura ambiente por 30 minutos. Pasado este tiempo, enharina nuevamente la superficie de trabajo y extiende la bola de masa con el rodillo, girándola para darle un grosor uniforme. Extiende poco a poco hasta que tengas una capa de 2 milímetros de grosor aproximadamente. Para facilitar el trabajo, puedes separar la masa en dos porciones.
Lava las espinacas con agua fría y luego corta los tallos. Hiérvelas en agua con sal, escúrrelas y presiónalas un poco con las manos para sacarles el exceso de agua. Después pícalas finamente. Coloca la ricotta en un tazón y añade el huevo, el parmesano, las espinacas picadas, una pazca de sal y 1/4 de cucharadita de nuez moscada.
Toma la pasta y divídela en dos parte. Coloca el relleno distribuyendo media cucharadita cada 6-7 centímetros. Cubre con la otra mitad de la pasta. Presiona con los dedos en torno al relleno, para eliminar el aire que haya quedado.
Corta los ravioles y luego sella los bordes con un tenedor, para evitar que el relleno se salga durante la cocción. Cuécelos en abundante agua hirviendo con un poco de sal. En cuento empiecen a flotar en la superficie, están listos.