De la misma forma, no es lo mismo comer cordero que pollo, así que es un aspecto que puedes tomar en cuenta si sigues consumiendo carne. Estos son los impactos de la crianza de cada animal, de mayor a menor:
Cordero: Tiene la huella de carbono más alta. Sin contar el transporte y la distribución, cada kilogramo de carne de cordero significa la producción de 20.44 kilos de dióxido de carbono.
Res: 15 kg de CO2 por kilo de carne. A esto hay que sumar el agua que se gasta y el impacto ambiental del transporte, si no es carne producida localmente.
Cerdo: Con 4.62 kg de CO2 por kilo de carne. comer cerdo es menos agresivo con el ambiente que cordero o res, pero hay que sumar también el transporte y la contaminación si la consumes en forma de carne procesada (salchichas, bacon, etc.)
Salmón de granja: Los desperdicios, los pesticidas y otros químicos usados en las granjas de salmón terminan contaminando el mar. Asimismo, el consumo energético de las granjas de salmón genera 4.14 kg de CO2 por kilo de salmón.
Pollo: Es la opción con menos impacto ambiental si comes carne, porque criar pollos requiere menos agua y espacio que los demás animales. Por kilo de carne se generan 2.33 kg de CO2.