La Panna cotta es otro de los postres italianos más famosos.
Sin embargo pese a su fama es muy fácil de hacer.
Se echa nata líquida en una cacerola, se le añade azúcar y canela y se pone a calentar. Cuando el azúcar se deshace, retiramos la cacerola del fuego y se le pone unas hojas de gelatina y un puré de fresas que se hace previamente.
Después solo queda echar la mezcla en los moldes individuales y dejarla reposar para que se enfríe.