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Cómo manejar el estrés según tu grupo sanguíneo
Aunque todos somos víctimas del estrés en un momento u otro, nuestro cuerpo y nuestra mente pueden reaccionar de maneras distintas según nuestro grupo sanguíneo. Es importante saber cómo manejarlo y qué tan propensos somos a él, ya que es puede ocasionar, entre otras cosas: insomnio, fatiga, falta de concentración, depresión, sobrepeso, pérdida de cabello, irritabilidad y problemas digestivos.
Si eres del grupo A tienes una buena tolerancia al estrés, aunque el exceso de empatía puede llevarte a preocuparte de más por problemas que no son tuyos. En tus ansias de resolver y analizar puedes dejar que el estrés interfiera, así que te recomendamos aprender a sopesar siempre los problemas para saber a cuáles dar prioridad.
Si tu grupo sanguíneo es el B, tienes una sensibilidad casi inmediata al estrés. En períodos tranquilos los problemas que surgen te afectan poco y encuentras la forma de lidiar con ellos. Sin embargo, cuando se acelera la carga de trabajo y vienen más responsabilidades, puedes ser víctima del estrés rápidamente, empeorar tu estado de ánimo, dejar de dormir por las noches o darle muchas vueltas en la cabeza a los problemas. Sabiendo esto es recomendable que dediques unos minutos al día a la meditación, así como practicar ejercicios de respiración para calmar tu mente y tu cuerpo.
Si eres del grupo AB, eres en general una persona bastante balanceada, y manejas correctamente el estrés en tu vida. El problema es que esa tolerancia a las preocupaciones puede llevarte a asumir más responsabilidades de las necesarias, y te darás cuenta hasta que sientas los estragos del estrés sobre tu cuerpo.
Si eres del grupo 0, tiendes más que a la preocupación a ponerte irritable. Vigila esos cambios de humor, y recuerda que los demás no tienen por qué pagar el hecho de que esté preocupado. Practica el mindfulness y la respiración pausada para controlar tus emociones cuando sientas que te estás alterando.
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