Lo que aprendí de Pippi Calzaslargas, la primera heroína feminista de nuestra infancia

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¿Tú también veías las aventuras de Pippi Calzaslargas?

A mediados de los 70s llegó a la pantalla chica una heroína muy especial, inspirada en una popular serie de libros infantiles de una escritora sueca. En ella, seguimos las aventuras de Pippi Calzaslargas, una niña dotada de una fuerza extraordinaria y un carácter rebelde. Vive sola en una gran casa, tiene un caballo de nombre "Pequeño Tío" y un mono llamado Señor Nilsson, que la acompañan en sus aventuras. 

Pero lo que vuelve a Pippi una niña tan entrañable es su manera única de ver el mundo, desde sus trenzas horizontales, su vestido hecho con retazos de tela, sus zapatos dos tallas más grandes y sus medias de colores distintos, Pippi no es precisamente una niña modelo según los adultos. Y es por eso que nos cautiva.

 Además de verse diferente de los otros niños bien educados, esta divertida pequeña hace todo al revés: cocina crêpes en el suelo, camina hacia atrás, duerme con los pies sobre la almohada y siempre está rompiendo las reglas. 

Pero, sobre todo, si recordamos con tanto cariño a Pippi Calzaslargas es porque nos dio nuestras primeras lecciones de feminismo. A continuación te presentamos algunas de ellas.