El bicarbonato de sodio es otro de nuestros grandes aliados en la cocina y en la limpieza general. En este caso, te recomendamos espolvorearlo en el fondo de los cubos de basura, en el fregadero o colocándolo en un pequeño recipiente en la heladera para absorber los malos olores de manera discreta. Gracias a que el bicarbonato no tiene en sí un olor fuerte, puede convertirse en la opción de aquellos que no aprecian los aromas del vinagre o del café. Además, es muy económico y en cualquier lugar lo encuentras.