Esta masa frita recubierta con una salsa de miel y canela hace que desfallezca solamente de pensar que deseo llevarme uno a la boca. Una tradicción andaluza de las que nos dejan huella desde niños, y que puedes hacer con esta receta.
Ingredientes para 4 personas:
500g de harina de trigo
100ml de aceite de oliva suave
100ml de v ino blanco dulce
100ml de agua templada
1 cdta de semillas de anís
Ralladura de 1 limón
1 pizca de sal
Aceite de oliva suave para freír
Miel para bañar los pestiños
Canela en polvo, opcional
Azúcar, opcional
Preparación:
En un bol grande, mezcla la harina con las semillas de anís y la pizca de sal.
Agrega el aceite de oliva y el v ino blanco, y mezcla bien con las manos o con una espátula.
Vierte el agua templada poco a poco mientras amasas, hasta obtener una masa homogénea y suave.
Forma una bola con la masa, cúbrela con un paño limpio y déjala reposar durante al menos 30 minutos.
Divide la masa en porciones pequeñas y forma bolitas del tamaño de una nuez. En una superficie ligeramente enharinada, estira cada bolita de masa con un rodillo hasta obtener una capa fina de unos 2-3 mm de grosor.
Con un cortapastas o un cuchillo, corta la masa en forma de rectángulos o rombos, o utiliza un cortapastas especial para pestiños si lo tienes.
Calienta abundante aceite de oliva suave en una sartén grande a fuego medio-alto. Cuando el aceite esté caliente pero no humeante, fríe los pestiños en lotes, asegurándote de no amontonarlos en la sartén.
Fríe cada lado de los pestiños hasta que estén dorados y crujientes, aproximadamente 1-2 minutos por lado.
Retira los pestiños del aceite con una espumadera y colócalos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
Mientras aún están calientes, sumerge los pestiños en un recipiente con miel tibia, asegurándote de cubrir bien cada uno.
Si lo deseas, espolvorea los pestiños con un poco de canela en polvo y/o azúcar mientras la miel aún esté pegajosa.