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Tarta de queso
En la antigua Grecia, se preparaban pasteles de queso con miel y trigo, los cuales podrían considerarse precursores de la tarta de queso. Estos pasteles se elaboraban con una mezcla de queso fresco, miel y harina, que luego se horneaban. En la antigua Roma, también se consumían pasteles de queso llamados "libum" o "placenta", que consistían en una base de masa de queso con miel y otros ingredientes añadidos.
A lo largo de los siglos, la preparación de la tarta de queso se fue adaptando y desarrollando en diferentes culturas. En Europa, especialmente en Inglaterra y Francia, se popularizaron las tartas de queso a partir del siglo XVII. Estas tartas solían incluir una masa crujiente de galleta o masa quebrada como base y se rellenaban con una mezcla de queso, huevos, azúcar y otros ingredientes.
En Estados Unidos, la tarta de queso adquirió popularidad en el siglo XIX, especialmente en la región de Nueva York. La versión más conocida es la tarta de queso estilo "New York cheesecake", que se caracteriza por su rica y cremosa textura.