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Pudín de ortiga
Existen registros de consumo de ortigas como alimento desde la época de los antiguos griegos y romanos. Se dice que los romanos apreciaban las propiedades nutritivas de las ortigas y las incluían en sus platos, como sopas y pudines.
Durante la Edad Media, el pudín de ortiga se volvió especialmente popular en Inglaterra. Era considerado un plato humilde y se consumía tanto por necesidad como por su sabor. Las ortigas eran recolectadas y utilizadas como ingrediente principal en la preparación del pudín, junto con otros ingredientes como huevos, harina y leche.
A medida que avanzaba el tiempo, el pudín de ortiga fue perdiendo popularidad y su consumo disminuyó. Sin embargo, todavía se pueden encontrar recetas y referencias a este plato en algunos libros de cocina tradicionales.
Hoy en día, el pudín de ortiga no es tan común como en el pasado, pero sigue siendo un plato interesante desde el punto de vista histórico y cultural. Algunas personas aún lo preparan como una forma de conectar con las tradiciones culinarias del pasado.