Una especialidad italiana que pronto se extendió por todo el mundo, y en los 60s y 70s era considerado un postre de moda. Su mezcla de texturas con suave galleta aromatizada al café y una crema al mascarpone lo vuelven irresistible. Y, si tu madre era cocinillas, seguro lo perfeccionó en casa con su toque especial.
Ingredientes para 6 personas:
6 huevos grandes a temperatura ambiente
500 g de mascarpone
140 g de azúcar
300 g de vainillas (soletillas)
2 tazas de café (estilo americano) bien fuerte
1 chorrito de r on
Cacao amargo, cantidad necesaria
Pistachos molidos, para decorar (opcional)
1 pizca de sal
Preparación:
Separar las claras de la yemas y colocar en dos bols separados. Agregar 80 g de azúcar a las yemas, y batir hasta obtener una mezcla clara y espumosa.
Agregar a la mezcla de yemas y azúcar el queso mascarpone y batir un poco más hasta integrar todos los ingredientes bien. Reservar.
Aparte comenzar a batir las claras a punto nieve, agregando en forma de lluvia el resto del azúcar, hasta obtener un merengue firme.
Incorporar las claras a la mezcla de yemas, poco a poco con movimientos envolventes con ayuda de una espátula.
En un plato hondo mezclar el café y el r on, y colocar las vainillas (soletillas) para que se humedezcan con el líquido, pero con cuidado de que no se desintegren.
En una fuente profunda, colocar las galletas húmedas, luego agregar una capa generosa de crema, y completar nuevamente con soletillas por encima, intercalando capas, hasta terminar con una capa de crema. Llevar al refrigerador por toda la noche.
Antes de servir, espolvorear con cacao en polvo y con pistachos molidos.