Creado en honor de la bailarina clásica Anna Pavlova, este postre combina un crujiente merengue con una suave crema y fruta fresca. Una experiencia que no puedes perderte.
Para el merengue:
8 claras de huevo
400 g de azúcar
2 cucharaditas de vinagre de vino blanco
2 cucharadas de maicena
Para la crema:
200 ml de crema fresca para pasteles
50 g de azúcar
Para el relleno:
10 fresas
30 frambuesas
Unas hojas de menta fresca
Para decoración:
Azúcar glas
Preparación:
Precalentar el horno a 120 °. Batir las claras de huevo hasta que estén firmes, añadiendo el vinagre para que tomen la consistencia perfecta. Cuando comiences a batir, agrega la maicena, luego el azúcar gradualmente. Las claras de huevo batidas deben tener un color brillante y la consistencia debe ser bien compacta.
Extiende las claras de huevo batidas sobre una bandeja cubierta de papel para hornear. Crea 2 merengues grandes, extendiendo cuidadosamente con una cuchara o espátula, hornea y cocina por 1 hora y 15 minutos a 160°C, o hasta que estén ligeramente dorados y secos.
Cuando estén listos, deja enfriar sobre una rejilla antes de continuar con el montaje.
Batir bien la crema fresca para el postre: cuando esté semi-batida, agregar el azúcar y continúa batiendo con la batidora hasta obtener una consistencia con la que pueda crear mechones. Distribuye las fresas y frambuesas lavadas y cortadas por mitad, de manera uniforme.
También puede distribuir coulis de frambuesa en la pavlova, preparado simplemente cocinando 10-15 frambuesas a fuego lento en una cacerola; continúa cocinando hasta que las frambuesas hayan formado una especie de jarabe. Apaga y deja enfriar por completo antes de bañar el merengue.
Termina el montaje de la pavlova colocando el segundo merengue con cuidado. Decora con el restante de la fruta fresca. Por último, espolvorea con el azúcar glas y termina con unas hojitas de menta. Refrigera 30 minutos al menos, y disfruta.