© Getty Images
Col
Hay muchas variedades de coles, pero las más robustas, como la Napa (también conocida como col china), la col rizada, la holandesa (de cabeza verde o morada) y la Saboya, son especialmente adecuadas para la cocina de otoño e invierno, gracias a su textura robusta y su sabor amargo, que ayuda a cortar la riqueza y el dulzor de los platos más pesados. Y lo que es mejor, la col se presta a muchas preparaciones diferentes y puede consumirse cruda o a la parrilla, fermentada, salteada, hervida, asada, al vapor, estofada, rellena o frita.
Ideas para cocinar: Cruda rallada para ensaladas, ensalada de col, envoltorios para sándwiches o salteados; fermentada para hacer chucrut o kimchi; asada y con guarnición para guarniciones bajas en carbohidratos; asada en cuñas o en rodajas gruesas tipo filete; estofada en mantequilla; rellena de carne o arroz y cocinada en sabrosas salsas; las hojas también pueden utilizarse como envoltorios de lechuga bajos en carbohidratos para sostener diversas preparaciones de carne y verduras cocinadas.