Para que nuestra tiroides funcione adecuadamente, es necesario consumir suficiente yodo (no se necesita más que la sal que usamos en nuestras comidas), así como realizarnos estudios médicos una vez al año, sobre todo si en nuestra familia hay antecedentes de problemas con la tiroides.
Nueces con miel:
Las nueces son ricas en selenio, un mineral que ayuda a equilibrar la glándula tiroides y acelera la metabolización de las hormonas en el cuerpo. Además tiene un efecto antiinflamatorio en esta glándula.
La miel es una fuente de energía saludable para el cerebro, y le permite desarrollar sus funciones adecuadamente, entre ellas "enviar la orden" a nuestra tiroides de producir un número adecuado de hormonas.
Cúrcuma:
Por sus propiedades antiinflamatorias, la cúrcuma es un excelente aliado de la tiroides. Tómala en forma de leche dorada (con leche caliente y miel) o incorpórala a tus recetas.