Es momento de hacer la prueba. Corta un trocito y ponlo en una olla con agua caliente. Si ves que no comienza a derretirse formando hilos, entonces espera un par de horas más y repite la prueba.
Cuando el queso esté listo, córtalo en tiras.
Prepara una pequeña olla con agua a 55º y otra más grande con agua a 90º. Aparte, llena un tazón con agua, disuelve la cdta de sal y coloca 5-8 hielos. La idea es crear un choque térmico para que el queso conserve su forma.
Coloca las tiras de queso en un tazón y añade poco a poco el agua a 55º, removiendo hasta que el agua esté un poco turbia.