Una vez la tengas en casa, no olvides seguir estos consejos:
Pásale un paño cada 3 días para evitar la acumulación de polvo en su superficie.
No la coloques cerca de ninguna fuente de humedad.
Excepto cuando no estés en casa o estés durmiendo, trata de mantenerla encendida el mayor tiempo posible.
Si te interesa que todas las estancias de tu hogar se beneficien de sus efectos, puedes tener más lámparas (la proporción ideal es de una por cada 4 metros cuadrados).
Si dejas de usarla, guárdala envuelta en plástico y en lugar seguro.