Ahora que sabes de qué están hechos los nuggets de pollo, ¿para qué poner en riesgo tu salud cuando puedes hacer unos mil veces más sanos y deliciosos tú mismo? Corta los restos de pollo que tengas y úsalo para hacer unas croquetas. También puedes triturar medio kilo de pechuga o de muslos de pollo y saltearlo con 1 cebolla grande picadita hasta obtener una mezcla blanda. Después, añádele salsa bechamel espesa y la yema de 1 huevo. Agrégale queso rallado (opcional) y forma bolitas con las manos o con una cucharilla. Pasa los nuggets por huevo y pan rallado, y hornéalos. Cuando estén dorados y crujientes, sácalos y sírvelos, vas a ver que tus hijos se enloquecen igual que con cualquier nugget de comida rápida ¡y los tuyos son mucho más saludables!