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Para conseguir una cocción perfecta, lo ideal es hornear el pavo sobre una rejilla y dejar otra placa un nivel por debajo para recuperar todo el jugo que sortará la carne.La carne que permanece en contacto con el líuqido que se acumula en la bandeja no se cocinará igual y su textura nunca quedará crujiente por fuera. También corremos el riesgo de que la carne quede un poco viscosa.