Tener/estar de mala leche
Esta expresión es un poco grosera, así que es mejor si evitas utilizarla. Sin embargo, a veces estamos tan frustrados o molestos que el lenguaje más "educado" no sirve para expresar todo lo que queremos decir, y en momentos como esos es cuando dirías algo como: "No me hablen mucho hoy, que estoy de mala leche". También se utiliza para referirse a alguien de muy mal carácter, así que si tienes un jefe que siempre está gritando podrías decir que "tiene (o está de) muy mala leche". Sin embargo, en algunos países de América Latina se utiliza para decir que alguien tiene mala suerte. Por ejemplo: "es la tercera vez en este mes que me roban el celular, ¡qué mala leche tengo!". Esta expresión proviene de la antigua creencia según la cual la leche con que se amamantaba a los niños podía influir en su carácter. Es por esto que San Agustín recomendaba que los niños cristianos no fueran amamantados por nodrizas paganas, ya que creía que eso influiría en la futura fe del niño.