A los 50 años
El metabolismo a esta edad funciona más lentamente a la hora de quemar grasas, por lo que hay que disminuir el aporte calórico, y consumir menos cantidad de productos grasos. Es importante igualmente reducir el consumo de sal, alcohol, harinas y azúcares, pero aumentar considerablemente el consumo de productos lácteos. No hay que olvidarse de exponerse (utilizando la protección adecuada) al sol al menos 20 minutos por día para producir vitamina D, y consumir alimentos ricos en fitohormonas (arroz integral, frijoles, tofu, soja, té verde) para disminuir el riesgo de cáncer de mama y de enfermedades cardiovasculares, y de alimentos ricos en bioflavonoides (trigo, cítricos, cerezas) para combatir los cambios de humor, el cansancio y mantener la elasticidad de la piel.