O las amas, o las odias: 20 comidas que no dejan a nadie indiferente

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Hígado encebollado

¿Cuántos de nosotros no tuvimos que aprender a odiar y después amar nuevamente el hígado encebollado? Al ser una carne rica en hierro y de bajo costo, componía uno de los platillos habituales del menú en casa, y se preparaba con abundante cebolla y, a veces, nata. En general, comerla por primera vez no es difícil, ya que tiene una textura y un sabor muy agradables. Lo difícil viene cuando te enteras de lo que acabas de comer... y con ello comienzas a hacerte ideas. Pasas la infancia llorando porque no quieres comer hígado, para luego crecer y redescubrir su sabor: después de todo, reconoces, no está nada mal. Aunque otros, desafortunadamente, no han logrado superar ese mal recuerdo.