No decimos nada nuevo cuando te decimos que el ruibarbo combina muy bien con las fresas. Los dos ingredientes se complementan a la perfección en mermeladas, yogures o pasteles. Aquí va una receta de tartaletas agridulces y streusel:
Ingredientes:
Para la masa quebrada
150 gramos de harina integral de espelta
50 gramos de azúcar
1 pizca de sal
75 gramos de mantequilla fría
1 yema de huevo
Para el crumble
60 gramos de harina
2 cucharadas de copos de avena tierna
40 gramos de azúcar
ralladura de limón ecológico
75 gramos de mantequilla fría
Para el relleno
4 cucharadas de copos de avena tierna
250 gramos de ruibarbo
250 gramos de fresas
4 cucharaditas de azúcar
Preparación:
Para hacer la masa quebrada, poner la harina en un bol con el azúcar, la sal, la mantequilla (cortada en trozos pequeños) y la yema de huevo. Amásalo todo hasta obtener una masa lisa, envuélvela en papel de aluminio y métela en el frigorífico durante 30 minutos.
Para el crumble, mezclar en un bol la harina, los copos de avena, el azúcar y la ralladura de un limón ecológico. Desmenuzar la mantequilla en pequeños copos y añadir a la mezcla. Amasar con las manos y dejar enfriar.
Lavar y trocear las fresas. Limpiar y lavar el ruibarbo y cortarlo en trozos de 1 cm.
Dividir la masa en 4 porciones y extender una tras otra. Engrasar los moldes de tartaleta y extender la masa en ellos. Presionar bien los bordes. Esparcir una cucharada de copos de avena en cada base. Éstos absorberán el líquido que sueltan el ruibarbo y las fresas durante la cocción. Así la base no se empapará tanto.
Repartir las fresas y el ruibarbo entre los cuatro moldes de tartaleta. Espolvorear una cucharadita de azúcar sobre cada uno. Por último, espolvorear el crumble por encima. Hornear las tartaletas a 180 grados durante unos 30 minutos.
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