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No dejes que los platos se acumulen
Es normal que mientras pasamos tiempo cocinando diversos platillos y disfrutando en familia, vayamos postergando una labor que es temida por muchos: lavar los platos. Al final, terminamos con una montaña de platos y ollas con comida pegada, ¡y peor si es grasa! La clave para que esta labor no se convierta en un suplicio está en ir lavando lo más posible mientras cocinas. Por ejemplo, tazones, cuchillos o batidores de mano pueden limpiarse mientras supervicias la cocción de tus platillos. También puedes tomar la costumbre de lavar de inmediato cualquier vaso o cubierto que utilices durante el día, dejando únicamente los platos en los que se come y las ollas para después de comer. Si quieres echarte una mano adicional, lo primero que debes hacer es hervir agua y verterla sobre los objetos más difíciles de tallar, para que se remojen un poco mientras limpias lo más sencillo.