© Getty images | AnnaPustynnikova
Helado de matcha
Ingredientes
- 10 g de té matcha
- 200 ml de leche
- 200 ml de nata para montar
- 4 yemas
- 60 g de azúcar blanco
- 40 g de azúcar glass
Preparación
En primer lugar pondremos la leche a calentar a fuego medio menos unas dos cucharadas. Por otra parte, mezclamos en un bol el té con una cucharada de azúcar y echamos la leche que habíamos reservado y removemos hasta que quede una pasta con todo disuelto (quedará de un color verde intenso).
Cuando la leche esté caliente le incorporamos la mezcla con cuidado de que no hierva y removemos bien para que quede todo integrado.
En otro bol separamos las claras de las yemas y a estas últimas le echamos todo el azúcar, el blanco y el invertido removiendo con unas varillas. Lo incorporamos a la leche caliente removiendo bien para que no se pegue y esperamos a que hierva pero tampoco que lo haga muy fuerte, con un hervor suave es suficiente.
Retiramos del fuego y dejamos que enfríe. A los diez minutos, que ya habrá perdido parte del calor, nos ponemos a montar parcialmente la nata, no es necesario montarla del todo. Y en el mismo bol donde la hayamos montado, añadimos la crema de té matcha que habrá espesado, mezclando todo con movimientos envolventes.
Cuando lo tengamos bien mezclado lo metemos en la heladera (la nuestra es de las que necesita que la cubeta esté un día en el congelador), y dejamos que vaya congelándose aproximadamente unos 20 minutos. Debe quedar como una crema espesa.
Cuando tenga ya esa textura, lo pasamos a un recipiente apto para congelación (en nuestro caso un tupper) y lo dejamos en el congelador sobre unas dos horas. Una vez pasado ese tiempo quedará un helado casero de té matcha perfecto. Lo ideal es sacarlo unos 5 - 10 minutos al menos antes de tomarlo, así no estará tan duro a la hora de servir sino con una textura más agradable y cremosa.